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En la vida uno toma decisiones a cada minuto: buenas, malas y de las otras. De algunas nos sentimos orgullosos y de otras nos arrepentiremos hasta en nuestro lecho de muerte. Lo entenderán si, por ejemplo, han tenido el privilegio de asistir a unTenedor libre: en la mañana siguiente a la bacanal (con el estómago ya descansado y la mandíbula re-encajada), uno repasa mentalmente todo lo zampado; lo aprovechado, lo desperdiciado y lo innecesario.
Aquí algunos consejos para enfrentar su próxima excursión a un Tenedor Libre.
1. Pan, enemigo público
2. Tragar como pato
3. Evitar remordimientos
Pésima idea sentir lástima por los que no tienen qué comer cuando ya estái dentro de un Tenedor Libre. Es como llorar por las vaquitas cuando te aprontái a disfrutar de un asado: al saber que irás a un buffet ilimitado, ya debís tener claro que lo que estái a punto de realizar es un sinsentido propio de Occidente: comer en abundancia por placer, picotear para llenarse, desperdiciar porque se puede.
Si tu meta es dejar el ombligo hacia afuera, entonces despójate de todo remordimiento misericordioso y asume la realidad. Como en Wall Street o en la política.
4. Efecto cheerleader
5. Dime qué te serviste y te diré en qué plato vái
Primer plato: “Me sirvo lo que más me llama la atención del buffet”
Segundo plato: “Me sirvo lo que más me llama atención y que no alcancé a amontonar en el plato anterior”
Tercer plato: “Me sirvo lo que siempre me ha gustado comer y quizás algo raro para experimentar”
Cuarto plato: “Estoy comiendo porque estoy justificando lo que pagué, hermano”
Quinto plato: “Después de la pausa, me volvió el hambre. Haré las combinaciones más weonas posibles y dejaré la mitad”
Segundo plato: “Me sirvo lo que más me llama atención y que no alcancé a amontonar en el plato anterior”
Tercer plato: “Me sirvo lo que siempre me ha gustado comer y quizás algo raro para experimentar”
Cuarto plato: “Estoy comiendo porque estoy justificando lo que pagué, hermano”
Quinto plato: “Después de la pausa, me volvió el hambre. Haré las combinaciones más weonas posibles y dejaré la mitad”
6. A falta de bebida, bueno es el agua
“
A nadie se le niega un vaso de agua”, dictan las buenas costumbres. Y en un restorán de tenedor abierto no hay excepción. Como no te pueden cobrar más por comer, entonces el palo viene con los refrescos. Y si no te querís desangrar por pagar otra copa, entonces el agua del baño será tu mejor aliado: gratis, potable y generosa en flúor.
No es muy elegante andar sorbeteando agua de la llave como si vinierai de jugar una pichanga, pero la necesidad tiene cara de hereje.
7. Dos dedos de frente (en la boca)
8. ¿Cantidad o calidad?
Queda a criterio de cada comensal si quiere cumplir el sueño de comer papas fritas a destajo y sin escrúpulos o bien, permitirle a tus papilas gustativas el placer de experimentar sabores más allá de las masas y fritangas habituales.
Eso sí, lo verdaderamente importante es evitar errores tales como comer…
9. Pollo asado con papas y otros pecados
10. Coca Cola Light
No pos, si vamos a desbordarnos, vamos a hacerlo bien.
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